
El desalojo de un asentamiento en el parque Joan Miró de Barcelona ha generado una intensa discusión sobre la situación del espacio público y las medidas que deben tomarse para garantizar la convivencia. Según el tercer teniente de alcalde, Albert Batlle, esta intervención se justificó ante la “ocupación invasiva” que afectaba la calidad de vida de los vecinos.
En su declaración, Batlle, acompañado de Maribel del Moral, directora del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), afirmó que el objetivo de la operación era restablecer el uso del parque y asegurar el adecuado funcionamiento de la biblioteca cercana.
Se estima que alrededor de 60 personas estaban viviendo en el asentamiento, lo que lleva a Batlle a expresar la necesidad de un enfoque integral por parte de todas las administraciones para abordar este problema social. Reconoció que, aunque se están ofreciendo recursos asistenciales, el bienestar del espacio público no debe verse comprometido por situaciones que inciden negativamente en la comunidad.
Del Moral añadió que, afortunadamente, no había menores entre los ocupantes y que se ha proporcionado atención a cerca de 20 individuos del grupo afectado, orientándolos sobre las diferentes alternativas disponibles. Asimismo, se ha prestado atención especializada en dos casos particulares, relacionados con la atención a personas sin hogar y aspectos migratorios.
“En estas dos situaciones específicas, los profesionales a cargo evaluarán cada caso y propondrán las soluciones más adecuadas. El resto de las personas recibirán atención individualizada para determinar su situación específica”, concluyó Del Moral, enfatizando el compromiso de seguir abordando la problemática desde una perspectiva social y humanitaria.
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