
Foment del Treball, a través de su representante Salvador Sedó, ha lanzado una contundente advertencia sobre los posibles riesgos de un apagón energético en Catalunya si se decide cerrar las centrales nucleares. Según un reciente informe de PwC, esta comunidad autónoma sería la más perjudicada por la clausura del parque nuclear en España, programada para iniciar en noviembre de 2027 con el cierre de Almaraz I en Cáceres.
En la presentación del informe titulado 'Impacto del cierre nuclear en Catalunya', Óscar Barrero, socio responsable del sector de Energía en PwC España, destacó que la energía nuclear juega un papel crucial al evitar que las emisiones en Catalunya sean un 28% más altas. La desaparición de esta fuente de energía podría inevitablemente llevar a un aumento de la dependencia energética, así como de los precios de la electricidad, afectando también al medio ambiente.
El estudio también indica que se anticipan incrementos significativos en el coste del sistema eléctrico, con estimaciones de aumentos para 2035 en el precio del megavatio hora de entre 13 y 29 euros. Además, se calcula la pérdida de cerca de 10.500 empleos directos en el sector. Sin un suministro eléctrico fiable, advierte el informe, el crecimiento de la demanda industrial en Catalunya se verá seriamente limitado.
Con miras hacia 2030, los objetivos energéticos de Catalunya son bastante ambiciosos, proyectando la instalación de 1.500 megavatios de energía renovable por año, a pesar de que en la última década el promedio de instalación ha sido escasamente de 24 megavatios anuales. Este desajuste resalta una clara preocupación respecto a la viabilidad de la transición hacia fuentes de energía renovables.
Uno de los argumentos presentados en el informe sugiere que extender la vida útil de las centrales nucleares en diez años no tendría un impacto significativo en la gestión de residuos radioactivos, ya que se generarían 18.700 metros cúbicos adicionales, una cantidad considerada manejable. Para ello, también se sugiere actualizar o anular el Protocolo de Cierre Nuclear de 2019 y revisar los costes asociados al Impuesto Ecológico.
Asimismo, se propone ajustar las ecotasas de Catalunya y otras comunidades, y modificar la legislación relacionada con la gestión de residuos nucleares para estabilizar los costos y asegurar previsibilidad en futuros manejos de residuos. El informe hace un llamado a que, antes de cualquier cierre programado, se emitan nuevas autorizaciones para extender el periodo operativo de las centrales nucleares.
En la discusión posterior, Sedó criticó la paradoja de cerrar las nucleares mientras se busca la descarbonización, enfatizando que la energía nuclear es esencial para evitar un colapso energético en Catalunya. En la misma línea, Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, instó a un diálogo constructivo, subrayando la importancia de las centrales para el suministro energético y el funcionamiento de la industria.
Por su parte, Juan Pedro Sánchez, presidente de la Asociación de Municipios en Áreas Nucleares (Amac), insistió en que no es el momento de proceder con el cierre de las plantas nucleares, dado el insuficiente desarrollo en tecnología de almacenamiento. Su mensaje subraya la urgencia de considerar todos los factores antes de llevar a cabo decisiones tan críticas para el futuro energético de Catalunya.
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