El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) ha anunciado que se está revirtiendo una regulación de la era de Obama que prohibía a los proveedores médicos discriminar por motivos de identidad de género.
La regulación original fue implementada en 2016 y establecía que los proveedores médicos, incluidos hospitales y médicos individuales, no podían negar tratamientos o servicios a pacientes transgénero. La regulación también establecía que los pacientes debían tratarse de acuerdo con su identidad de género, no su género biológico.
Ahora, la administración de Trump argumenta que la regulación es "inconsistente con la ley religiosa y las libertades de conciencia". La nueva regulación permite a los proveedores médicos negar tratamiento a pacientes transgénero si lo hacen por motivos religiosos o de conciencia.
La medida ha sido condenada por grupos de derechos LGBTQ y ha sido vista como otro ejemplo de los esfuerzos de la administración de Trump para deshacer las protecciones otorgadas por la administración anterior. El HHS ahora está aceptando comentarios públicos sobre la nueva regulación durante un período de 60 días.
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