
En una reciente sesión plenaria, el Ayuntamiento de Barcelona ha dado luz verde a un aumento gradual del recargo turístico por noche, que llegará a 8 euros en 2029. La aprobación ha contado con el respaldo de PSC, ERC y BComú, mientras que Junts se ha mostrado neutral al abstenerse, y los partidos de oposición, PP y Vox, han expresado su firme oposición.
La iniciativa, impulsada por ERC, incluye la creación de un fondo destinado a compensar a los barrios más afectados por el fenómeno del turismo masivo, utilizando los ingresos generados por esta actividad. Esta medida busca mitigar las consecuencias que la afluencia de visitantes provoca en ciertos sectores de la población.
Jordi Valls, teniente de alcalde de Economía de la ciudad, calificó la propuesta como positiva, aunque destacó que la tasa actual, que ha alcanzado los 4 euros, ya contribuye a financiar áreas fundamentales de Barcelona, como el transporte público y la seguridad, así como el Plan Clima Escola.
Tras la votación, Valls anticipó que el gobierno municipal tiene la intención de incluir esta propuesta en el debate sobre las ordenanzas fiscales que se llevará a cabo en octubre, con la mira puesta en su implementación a partir de abril de 2026.
En el mismo sentido, Elisenda Alamany, líder de ERC en la ciudad, recalcó la importancia de que los barceloneses se beneficien de esta táctica, argumentando que desean que los turistas conozcan la ciudad sin que esto implique la pérdida del comercio local a favor de souvenirs de poco valor.
Por otro lado, Carolina Recio, concejala de BComú, mostró su satisfacción por el aumento del recargo, aunque se mostró sorprendida por la velocidad de implantación, sugiriendo que la situación requiere una acción más inmediata.
Arnau Vives, concejal de Junts, aprobó la medida pero alertó que este recargo debería tener como fin la mitigación de los efectos negativos del turismo y no convertirse en una herramienta de propaganda política, como ha sido utilizado en el pasado.
En contraste, Juan Milián del PP, rechazó la propuesta, argumentando que la intención de ERC es transformar Barcelona en un lugar poco acogedor para los turistas y advirtió que esta decisión deteriorará la imagen de la ciudad como destino turístico.
Gonzalo de Oro, líder de Vox en la metrópoli, manifestó que su formación podría apoyar un pequeño recargo destinado a subsanar el impacto del turismo, pero discrepó con la idea de que una familia de cuatro personas tenga que pagar 60 euros más por noche, argumentando que cargar esta responsabilidad exclusivamente sobre los hoteles es injusto.
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