El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) descartó a Abdelbaki Es Satty como un posible informador y lo vigiló minuciosamente tras su liberación de prisión en 2015, sin encontrar indicios de vínculos terroristas. La información desclasificada por el Consejo de Ministros el 23 de diciembre revela la desconfianza que los agentes del CNI sentían hacia el imán de Ripoll, situación que llevó a concluir que no podía ser considerado un colaborador fiable.
Durante el año 2014, mientras Es Satty cumplía una condena por tráfico de drogas en la prisión de Castellón, fue entrevistado en tres ocasiones por los agentes del CNI. El propósito de estos encuentros era sondear su conocimiento sobre los detenidos en la operación antiterrorista conocida como ‘Chacal’, realizada en Cataluña en 2006, que resultó en la liberación de diversos sospechosos. Sin embargo, a pesar de ser interrogado también sobre el ámbito radical y terrorista, se mostró reticente a compartir información útil.
En estas entrevistas, Es Satty mostró una postura cautelosa y demandó claridad sobre el uso que se daría a la información que pudiera ofrecer. Aunque identificó a algunos detenidos a partir de fotografías proporcionadas, no suministró datos sobre "presos radicales" ni sobre el seguimiento de la doctrina islámica, alegando no conocer a nadie que la siguiera de manera estricta.
El CNI registró en su informe del 24 de abril de 2014 que la actitud de Es Satty era de desconfianza constante hacia sus interlocutores, lo que generó la advertencia de que no se podía depositar en él ninguna confianza. A lo largo de las entrevistas, el imán evadió profundizar sobre los temas discutidos, exhibiendo un comportamiento que dejaba entrever su intención de mantener en secreto sus conocimientos.
En un análisis realizado tras su segunda entrevista, se describió a Es Satty como “un individuo bastante inteligente y desconfiado” que parecía estar jugando con la información que poseía. Los agentes del CNI percibieron desde el inicio que era una “persona muy opaca” que mostraba escaso interés en sus interrogantes.
Además, el CNI ha desclasificado un informe grafopsicológico del 2 de mayo de 2014 que califica a Es Satty de “inteligente” y con “muy buena memoria”, aunque también lo señala como propenso a la insinceridad y a la manipulación, destacando que su tendencia es decir lo que cree que otros quieren escuchar. Esto lo llevó a ser evaluado como inadecuado para aportar información valiosa en las investigaciones del CNI.
Por su parte, el entonces director del CNI, Félix Sanz Roldán, comunicó a la Comisión de Gastos Reservados del Congreso que en ningún momento de las entrevistas de 2014 se detectaron indicios de radicalización. Tras sus conversaciones y análisis de su perfil, Es Satty fue considerado no apto para colaborar con el organismo de inteligencia.
Luego de su salida de prisión, el CNI volvió a controlar sus actividades. Sin embargo, no se obtuvo información relevante sobre sus posibles relaciones con el terrorismo yihadista, ni sobre planes de atentados en España o en otros lugares.
A pesar de la falta de información significativa, Es Satty tuvo algunos contactos telefónicos esporádicos con personal del CNI, ya que durante su encarcelamiento le habían facilitado un número para reportar información. Sin embargo, estos acercamientos no condujeron a obtener datos de interés, motivo por el cual el CNI decidió cesar el seguimiento de sus actividades, y en febrero de 2015, se trasladó a Ripoll.
En su comparecencia, Sanz Roldán también destacó la “antigua y muy productiva” relación entre el CNI y los Mossos d'Esquadra, indicando que la colaboración entre ambas unidades de lucha antiterrorista alcanzó un "muy elevado" nivel de confianza, alcanzando su máxima expresión durante los trágicos atentados en Barcelona y Cambrils.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.