El acusado asegura que la mujer inventó la agresión para regularizar su situación en España

BARCELONA, 30 de Octubre

La Fiscalía solicita una condena de 20 años de cárcel para el procesado por maltratar repetidamente a su pareja durante cuatro años y amenazarla con un cuchillo para obligarla a mantener relaciones sexuales.

Según el testimonio del acusado, la pareja se conoció en Sudáfrica en 2016, país de origen de ella, y juntos decidieron mudarse a España en 2018, supuestamente de manera conjunta, con la hija de la denunciante.

Él viajó primero para gestionar los papeles de ambos y luego les envió dos cartas de invitación en septiembre, para que pudieran establecerse en España hasta diciembre, con la intención de regularizar su situación en el país.

El acusado ha afirmado que la relación era excelente, pero que las cosas cambiaron drásticamente cuando les informaron que la documentación de la menor se retrasaría un año debido a la traducción de un documento.

A pesar de esto, él ha negado haber maltratado a la mujer, obligarla a tener relaciones sexuales a la fuerza, amenazarla con un cuchillo, controlarla o encerrarla en casa, presentando como prueba un vídeo de Navidad de 2020 en el que aparece regalándole una guitarra a ella, quien recibe el regalo emocionada.

Para el fiscal, Félix Martín, estos videos no son suficiente prueba, afirmando que incluso los maltratadores pueden tener momentos de comportamiento aparentemente normal.

La víctima, en una declaración a puerta cerrada, ha explicado que los malos tratos comenzaron en Sudáfrica, donde ya había solicitado una orden de alejamiento, y continuaron en España con más frecuencia y violencia, relacionados con el consumo de drogas del acusado.

En julio de 2020, la denunciante comunicó al acusado que la relación había terminado, lo que él interpretó como un uso de su parte y amenazó con denunciarlo por maltrato, según su testimonio.

La Fiscalía sostiene que el consumo de drogas por parte del acusado ha sido fundamental en su comportamiento violento, que se inició en Sudáfrica y se agravó en España, laa causando una atmósfera irrespirable.

Por lo tanto, la Fiscalía ha pedido una condena de 20 años de cárcel para el acusado, incluyendo cargos por agresión sexual, coacción, violencia familiar y maltrato, además de una indemnización de 160 euros para la víctima.