La infección por Covid puede provocar síntomas persistentes durante hasta dos años, revela ISGlobal.
Recientes investigaciones han revelado que casi una de cada cuatro personas que contrajeron el Sars-CoV-2 desarrolló la temida Covid persistente, una condición que ha suscitado preocupación en el ámbito sanitario. Este hallazgo proviene de un estudio realizado por ISGlobal en colaboración con el Institut de Recerca Germans Trias i Pujol (IGTP), en el marco del ambicioso proyecto europeo END-VOC, y se centra en el periodo comprendido entre 2021 y 2023.
Según los hallazgos, el 23% de aquellos infectados con el virus mostró síntomas persistentes durante al menos tres meses, afectando su bienestar con manifestaciones tales como problemas respiratorios, neurológicos y digestivos, así como una fatiga prolongada. Esta información fue compartida por ISGlobal, un centro destacado por su compromiso en la investigación médica, respaldado por la Fundación La Caixa.
Es importante destacar que muchas de las investigaciones previas sobre Covid persistente se llevaron a cabo en entornos clínicos, lo que podría limitar una comprensión precisa de su impacto en la población general. Este estudio, que se basa en una muestra poblacional, ofrece una estimación más clara sobre la magnitud del problema y ayuda a identificar factores de riesgo, según aclara Manolis Kongevinas, autor principal de la investigación.
Publicados en la revista BMC Medicine, los resultados del estudio se derivan de un seguimiento a 2.764 adultos dentro de la cohorte Covicat, un esfuerzo por captar la situación sanitaria durante la pandemia en Catalunya. Los participantes proporcionaron información relevante a través de cuestionarios y muestras de sangre a lo largo de varios años.
La coautora del estudio, Marianna Karachaliou, enfatiza que ciertos factores, como ser mujer, haber enfrentado una infección grave por Covid-19, o tener condiciones preexistentes como el asma, son indicativos de un mayor riesgo de desarrollar Covid persistente. Además, las personas con obesidad y altos niveles de anticuerpos IgG antes de la vacunación mostraron una mayor predisposición a esta condición, lo que podría sugerir una sobrecarga del sistema inmunológico tras la infección inicial.
El estudio también logró identificar ciertos elementos protectores que pueden ayudar a mitigar el riesgo de Covid persistente, tales como la vacunación previa a la infección y llevar un estilo de vida saludable. Curiosamente, se observó que aquellos que se contagiaron después de la prevalencia de la variante Ómicron experimentaron un menor riesgo.
Los investigadores, basándose en la información recopilada, clasificaron los síntomas en tres subtipos clínicos de Covid persistente: neurológicos y musculoesqueléticos, respiratorios, con manifestaciones graves que afectan múltiples órganos. Alarmantemente, el 56% de los afectados continuaban presentando síntomas dos años después de la infección.
Judith Garcia-Aymerich, otra de las coautoras del estudio, subrayó que este análisis evidencia que una proporción significativa de la población sufre de Covid persistente, lo que en muchos casos repercute de manera negativa en su calidad de vida.
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